Marcha Conmemorativa a las 81
Víctimas del Incendio de la Cárcel de San Miguel
Hoy 8 de junio se realizó la marcha
conmemorativa a las 81 víctimas del incendio de la cárcel de san miguel. Dicha
marcha estaba dentro de la jornada anti carcelaria llamada “trawun: encuentro
por la libertad”.
Llegué al punto de encuentro donde se iniciaría la actividad, y a pesar del cielo gris y la lluvia amenazadora vimos gente reunida. Aún no empieza la marcha y se ven bastantes policías en varios puntos de Gran avenida.
Comienza la marcha y no avanzamos por Gran Avenida como lo habíamos pensado en un principio, sino que doblamos por la calle Llico. A pesar de esto, irrumpimos por un momento el tránsito de gran avenida.
La marcha avanza compuesta por 2 conjuntos de tinku, música mapuche y un conjunto de música andina, sumado a estos todos los participantes anónimos que hemos venido a solidarizar con los compas que están privados de su libertad, los caídos y las víctimas del incendio.
Detrás de todos los participantes se encuentra la yuta asesina con un retén, un auto, balizas encendidas y varios de ellos a pie, resguardando su orden.
Llegando a la esquina de Llico con San francisco nos encontramos con dos retenes, controlando y delimitando todo el espacio por el cual se debe avanzar.
Caminando por San Francisco vemos gente fuera de sus casas resguardando su propiedad, las paredes de sus casas de cualquier mensaje anti carcelario.
Los policías también avanzan con la marcha, varios van a pie y a la vez vemos autos policiales entre las calles aledañas. Notamos que entre más nos acercamos al punto de culmine de esta actividad, más policías hay esperando algún acto de nuestra parte o algo que no esté establecido para dejar caer su represión.
Al llegar al costado de la cárcel en donde se pueden divisar los módulos, con música, ruido y bombas de estruendo se rompe la cotidianeidad dentro de los fríos muros en donde encierran a nuestrxs hermanxs.
En este lugar me invade un sentimiento de rabia y pena, vemos una de las acciones más estremecedoras en la que se ve moviéndose un pañuelo blanco por una de las ventanillas de esta estructura enfermiza creada por los poderosos.
Hay algunos familiares de las víctimas colgando lienzos en las rejas del lugar y golpeándolas con piedras, otro hace una intervención agradeciendo la asistencia y la solidaridad de los participantes.
Aborrecemos estas estructuras que encierran a quienes no obedecen y no se adaptan a esta oscura civilización.
La calle huele a rabia y “libertad”.
Llegué al punto de encuentro donde se iniciaría la actividad, y a pesar del cielo gris y la lluvia amenazadora vimos gente reunida. Aún no empieza la marcha y se ven bastantes policías en varios puntos de Gran avenida.
Comienza la marcha y no avanzamos por Gran Avenida como lo habíamos pensado en un principio, sino que doblamos por la calle Llico. A pesar de esto, irrumpimos por un momento el tránsito de gran avenida.
La marcha avanza compuesta por 2 conjuntos de tinku, música mapuche y un conjunto de música andina, sumado a estos todos los participantes anónimos que hemos venido a solidarizar con los compas que están privados de su libertad, los caídos y las víctimas del incendio.
Detrás de todos los participantes se encuentra la yuta asesina con un retén, un auto, balizas encendidas y varios de ellos a pie, resguardando su orden.
Llegando a la esquina de Llico con San francisco nos encontramos con dos retenes, controlando y delimitando todo el espacio por el cual se debe avanzar.
Caminando por San Francisco vemos gente fuera de sus casas resguardando su propiedad, las paredes de sus casas de cualquier mensaje anti carcelario.
Los policías también avanzan con la marcha, varios van a pie y a la vez vemos autos policiales entre las calles aledañas. Notamos que entre más nos acercamos al punto de culmine de esta actividad, más policías hay esperando algún acto de nuestra parte o algo que no esté establecido para dejar caer su represión.
Al llegar al costado de la cárcel en donde se pueden divisar los módulos, con música, ruido y bombas de estruendo se rompe la cotidianeidad dentro de los fríos muros en donde encierran a nuestrxs hermanxs.
En este lugar me invade un sentimiento de rabia y pena, vemos una de las acciones más estremecedoras en la que se ve moviéndose un pañuelo blanco por una de las ventanillas de esta estructura enfermiza creada por los poderosos.
Hay algunos familiares de las víctimas colgando lienzos en las rejas del lugar y golpeándolas con piedras, otro hace una intervención agradeciendo la asistencia y la solidaridad de los participantes.
Aborrecemos estas estructuras que encierran a quienes no obedecen y no se adaptan a esta oscura civilización.
La calle huele a rabia y “libertad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario